6 sept 2015

Deux côtes opposúx [Parte 8]

Contenido +18 ChicoxChico.
Protagonista: Matthew Daniels (Oc) Con el nombre de Miette.
Esto es un relato de varios capítulos de ficción basado en una guerra, en un universo totalmente inventado. Los personajes y lo que sale en este relato es todo ficticio cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. De igual modo, el contenido de este relato puede resultar sensible por su contenido ideológico. Si no te gusta el género chicoxchico, o el echo de que esté ambientado en una guerra, así como posibles escenas pornográficas y/o grotescaste invito a no leer esto. Gracias por la atención.

Puse el descargo de responsabilidades por si acaso. No vaya a ser....

-->Índice<--||-->Capítulo 7<--

_______________________________________________________________

8



Mientras Loring y Robert cenaban, no pude evitar ir mirando de reojo a Loring. Me había costado relajar mi acelerado corazón tras esa caricia y ahora simplemente me preguntaba que era lo que me pasaba. Me humedecí un poco el labio y dejé que mi mirara se fijara en las tablas del suelo. Estaba confuso, demasiado confuso a decir verdad. Todo me daba vueltas. Cada vez que recordaba la caricia, mi cara se sonrojaba ligeramente. Empezaba a pensar que tanto tiempo en el apartamento me estaba atontando, pero que todavía tenia la suficiente lucidez como para darme cuenta de mi reciente locura. Loring, cuando veía que estaba sonrojado, sonreía con cierta picardía quizás pensando que simplemente me sonrojaba por que pensaba en la escena de sexo que había tenido él con Julie. Suspiré un poco mientras me abrazaba las piernas. Siendo sincero, el ver a Julie me había dejado, sin saber bien por qué, con la autoestima más baja de lo que normalmente estaba. Si bien nunca me había apreciado suficiente y que cuando empezó, ya hace más de un año, todo este rollo con Loring me había comenzado a tener asco, ahora ni si quiera valoraba una milésima parte de mi. Ella era una mujer, una hermosa mujer con la piel blanca y tersa, con su cuerpo lleno de curvas y sin imperfecciones visibles; pero yo no era más que un saco de huesos, con la piel del pecho pegada a mis costillas las cuales se notaban demasiado, donde mis brazos eran tan delgados que parecía que el músculo había desaparecido, teniendo hendiduras donde antes había tenido mejillas, con las manos huesudas y para nada delicadas. Solo era una débil sombra de lo que mi cuerpo había sido antes. Nunca tuve demasiado peso pero jamás habita llegado a estar tan delgado. Levanté mis manos y me abracé los hombros frunciendo el ceño. Antes era pequeño y ahora era pequeño, débil y frágil.